Disputas cristológicas
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Las disputas cristológicas son una serie de polémicas sobre la naturaleza de Jesús/Cristo mantenidas en el seno de la iglesia cristiana durante los primeros siglos de esta religión.
En el año 325, en el Concilio de Nicea, y de la mano del emperador Constantino I, así como en el Primer Concilio de Constantinopla, en 381, se estableció la doctrina oficial de la Iglesia Católica, que abarcaba todo el territorio del Imperio Romano (desde España hasta Siria). Esta estableció que Cristo era eterno, una encarnación divina consustancial con Dios Padre, una sola persona pero con dos naturalezas —completamente divina y completamente humana— y propósitos (ver más abajo). A partir de ese momento, y hasta el siglo VII, sucesivos concilios condenaron doctrinas que diferían de la del Credo niceno en materias de ontología crística.
Muchos de los que vivieron en la edad media, y que la Enciclopedia Católica y los libros católicos catalogan como herejes que tenían que ser extirpados, eran aquellos grupos cristianos que no aceptaban el trinitarismo, y no se sometían a la autoridad de la Iglesia Católica.
Tabla de contenidos
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* 1 Principales corrientes contendientes
o 1.1 Trinitarismo
o 1.2 Unitarismo
o 1.3 Unicidad de Dios
* 2 Desde la Reforma
o 2.1 Principales Grupos Trinitarios
o 2.2 Principales Grupos Unitarios
o 2.3 Principales Grupos de la Unicidad de Dios
* 3 Referencias
Principales corrientes contendientes [editar]
Las principales corrientes cristianas que intervinieron en disputas cristológicas se pueden agrupar en tres categorías pincipales, a saber: El trinitarismo, el Unitarismo, y la Unicidad de Dios.
Trinitarismo [editar]
El Credo de Atanasio reclama que el trinitarismo es la posición doctrinal de la Iglesia Católica Romana, aunque después de la reforma protestante, la gran mayoría de los grupos protestantes adoptaron la misma posición católica. Cree que hay un Dios, que existe como una pluralidad de tres personas divinas y distintas, que comparten los mismos atributos y la misma naturaleza divina. En el trinitarismo, Jesucristo es considerado como la segunda persona de la trinidad.
Unitarismo [editar]
El Unitarismo cree que sólo hay un Dios que es indivisible, pero niega la deidad de Jesucristo. En el unitarismo Jesús es considerado como un semidiós, o simplemente como una criatura. Dentro de los principales grupos unitarios encontramos el monarquianismo dinámico o adopcionismo, apolinarismo, arrianismo, marcionismo, monofisismo, monotelismo, nestorianismo, origenismo, priscilianismo, socinianismo y Patripasianismo.
El monarquianismo dinámico o adopcionismo: es la doctrina según la cual Jesús era un simple ser humano, elevado a una dignidad similar a la de Dios luego de su muerte. Esta idea es propia del pensamiento cristiano primitivo. En el pensamiento judío, el mesías es un ser humano elegido por Dios para llevar a cabo su obra espectacular: tomar a los hebreos y elevarlos por sobre todas las naciones. Al mismo tiempo, el adopcionismo era psicológicamente interesante para los primeros cristianos, ya que éstos eran una comunidad pobre y atrasada, y por ende era fácil identificarse con un héroe como Jesús, ser humano como cualquiera que es elegido ("adoptado") por Dios, y que por ende daba esperanzas de salvación a los propios cristianos, tan humildes ante Dios como su héroe máximo.
El apolinarismo: afirmaba que en Cristo el espíritu estaba sustituido por el Logos divino, con lo que implícitamente negaba la naturaleza humana completa del Redentor, un dogma católico (y luego, de allí, también ortodoxo). Fue condenado en el Primer Concilio de Constantinopla, en el año 381.
El arrianismo: condenado en el Concilio de Nicea (325), el arrianismo, diametralmente opuesto al apolinarismo, negaba la consustancialidad del Hijo (Cristo) con el Padre (Dios) y por lo tanto la doctrina de la Trinidad católica. En esta visión unicista, Cristo era una criatura creada como todas las demás. Favorecida primeramente por el emperador Constancio II (337-361), esta escuela fue rechazada por Teodosio I el Grande (379-395). Adoptado oficialmente por el reino visigodo en España hasta su rechazo por el rey Recaredo en 589, cuando se convirtió a la fe romana.
El marcionismo, predicado por Marción en el siglo II, distinguía y separaba como cosas totalmente diferentes al Dios Creador del Antiguo Testamento, Yahveh, del Dios verdadero, el Padre, capaz de encarnar a un hijo hombre, Cristo, conforme al Nuevo Testamento, y concluye que ambas religiones son paralelas y que tienen por única conexión a la geografía.
El monofisismo o eutiquianismo: Afirma que en Cristo existe una sola naturaleza: la divina. Actualmente la Iglesia Copta de Egipto y las Ortodoxas de Siria (jacobitas), Armenia y Eritrea son monofisitas.
El monotelismo: Creado en el siglo VII, fue refutado en el tercer concilio de Constantinopla (680-1). Afirmaba que en Cristo existían dos naturalezas (como en el catolicismo), pero sólo la voluntad divina (para la oficialidad había dos, de lo contrario Jesús no hubiera sufrido tanto en la cruz como humano).
El nestorianismo: Propuesta por primera vez en el siglo V, esta doctrina afirmaba que en el Verbo (Jesucristo, tal como está descrito en el evangelio de Juan 1:1) existían dos personas: la divina (Cristo, hijo de Dios) y la humana (Jesús, hijo de María). En la cruz, por lo tanto, sólo había muerto el humano, sin haber sufrido el dios. Para el catolicismo, en cambio, el Hijo era una sola persona de las tres que integraban la Trinidad. Fue condenada en el Concilio de Éfeso (431). Actualmente los cristianos asirios, en Irak, mantienen esta creencia.
El origenismo: Rechazado en el segundo concilio de Constantinopla (553), afirmaba la eternidad de las almas humanas (cuando el catolicismo dice que el alma es creada en el momento de la concepción biológica). Una de esas almas habría sido la de Cristo, que se encarnó con el objetivo de conseguir la salvación de los hombres.
El priscilianismo: Fue una doctrina cristiana que negaba el dogma de la Trinidad y la encarnación del Verbo, ya que atribuía a Jesús un cuerpo solo aparente. Predicado por Prisciliano en el siglo IV y basado en los ideales de austeridad y pobreza, fue condenado en el concilio de Braga, en el año 563.
El socinianismo, difundido por el pensador y reformador italiano Fausto Socino (aunque al parecer se inspiró en las ideas ya formuladas por su tío Lelio) es antitrinitario y considera que en Dios hay una única persona y que Jesús de Nazaret es sólo un hombre, aunque nacido milagrosamente de la Virgen María por voluntad divina. Según esta confesión, la misión de Jesús en la tierra fue transmitir la voluntad del Padre tal como le había sido revelada, y tras su crucifixión fue resucitado por Dios y elevado a los cielos, donde adquirió la inmortalidad y desde donde reina sobre el mundo desde entonces.
El Patripasianismo, una aparente evolución del modalismo, afirmaba que al ser Cristo, sólo una manifestación del Padre, este había sufrido en la cruz.
Unicidad de Dios [editar]
Los antiguos creyentes de la Unicidad de Dios, fueron etiquetados por sus oponentes como modalistas, o sabelianitas.
El modalismo, también fue conocido como monarquianismo modalístico. La palabra monarca, enfatizaba que el Rey del universo es uno solo, y modalismo que Dios se ha manifestado al hombre de diversos modos. El monarquianismo modalístico identificaba a Jesucristo como Dios mismo (el Padre) manifestado en carne. El Modalismo, se oponía férreamente contra el dogma de la trinidad. De acuerdo con la concepción trinitaria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son cada una de las tres personas de la trinidad. En cambio, los modalistas explicaban que de acuerdo con la Biblia, estos términos nunca pretendían hacer distinciones de tres personas eternas dentro de la naturaleza de Dios, sino que simplemente se referían a modos (o manifestaciones) de Dios. En otras palabras, Dios es un ser individual y único, y los diversos términos usados para describirle (tales como Padre, Hijo, y Espíritu Santo) son designaciones aplicadas a las diferentes formas de su accionar o a las diferentes relaciones que El tiene para con el hombre. Ver Unicidad de Dios
Desde la Reforma [editar]
Desde la Reforma protestante hasta ahora, estos son los principales grupos trinitarios, unitarios y de la Unicidad de Dios:
Principales Grupos Trinitarios [editar]
La Iglesia Católica Romana, La Iglesia Ortodoxa Griega que se separó de la Iglesia Católica Romana en el año 1054 d.C. en el conocido Cisma de Oriente, y la mayoría de grupos protestantes surgidos de la reforma, tales como la Iglesia Luterana, La Iglesia Anglicana, La Iglesia Presbiteriana, La Iglesia Bautista, la Iglesia Congregacional, y los pentecostales trinitarios entre los que se destaca Las Asambleas de Dios.
Principales Grupos Unitarios [editar]
Actualmente son numerosos los grupos que sostienen la creencia arriana (o unitaria) y hay muchas divisiones internas en sus afirmaciones, pero coinciden en negar que Jesús es Dios. Dentro de los grupos más importantes se encuentran los llamados Testigos de Jehová (para los cuales Jesús es el Arcángel Miguel), los Cristadelfianos (para los cuales Jesús es un hombre divino pero inferior a Dios), la Asociación Unitaria Universal, la Iglesia de la Ciencia Cristiana, algunos de los llamados grupos Judíos Mesiánicos.
Principales Grupos de la Unicidad de Dios [editar]
Dentro del cristianismo, la doctrina de la Unicidad de Dios, identifica a los pentecostales del nombre de Jesucristo. En el mundo hay muchas agrupaciones pentecostales apostólicas, más congregaciones independientes. Ninguna de estas agrupaciones u organizaciones argumenta ser soberana o estar por encima de las demás, y en su mayor parte disfrutan de buena confraternidad las unas con las otras.
Las principales organizaciones pentecostales apostólicas que hoy en día existen, son: la Iglesia Pentecostal Unida Internacional, las Asambleas Pentecostales del Mundo, la Iglesia de Dios Apostólica Santa y Victoriosa, Las Asambleas del Señor Jesucristo, la Iglesia del Camino Bíblico de Nuestro Señor Jesucristo Mundial, la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo de la Fe Apostólica, la Iglesia Apostólica de Pentecostés de Canadá, la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, la Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, La Verdadera Iglesia de Jesús, y la Iglesia del Espíritu Santo de Jesús.
Credo de Atanasio
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Texto del Credo Atanasiano
"Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; el que no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre.
Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre y el Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Cual el Padre, tal el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; Así, Señores el Padre, Señor es el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede.
Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la unidad de la Trinidad que la Trinidad en la unidad. El que quiera, pues, salvarse, así ha sentir de la Trinidad.
Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Más aún cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo, y uno solo no por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado al adiestra de Dios Padre omnipotente, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos, y los que obraron bien, irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.
Ésta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente no podrá salvarse."
Trinidad (cristianismo)
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Icono que representa la Santísima Trinidad
La Trinidad es la creencia central del cristianismo católico, del cristianismo ortodoxo y de algunas denominaciones protestantes. Afirma que Dios es un ser único que existe simultáneamente como tres personas distintas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El término es una palabra compuesta de "tres" y "Unidad" = "Tres en uno", Tri-unidad, Trinidad. La palabra "Trinidad" como tal, no aparece en las Escrituras (la Biblia).
La iglesia Católica Romana dice: “La Trinidad es el término con que se designa la doctrina central de la religión cristiana [...] Así, en las palabras del Credo de Atanasio: ‘el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo no hay tres Dioses, sino un solo Dios’. En esta Trinidad [...] las Personas son co-eternas y co-iguales: todas, igualmente, son increadas y omnipotentes. [...]"(The Catholic Encyclopedia).
La Iglesia Ortodoxa Griega dice de la Trinidad lo siguiente: “Dios es trino y uno. [...] El Padre es totalmente Dios. El Hijo es totalmente Dios. El Espíritu Santo es totalmente Dios” (Our Orthodox Christian Faith).
The Catholic Encyclopedia afirma que es un dogma y a la vez un misterio como sigue: “Un dogma tan misterioso presupone una revelación divina”.
Tabla de contenidos
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• 1 Origen
o 1.1 Notas de Enciclopedias de Consulta
• 2 Concilio de Constantinopla y otros concilios
• 3 Dogma o explicación
o 3.1 Personas de la Trinidad
o 3.2 Perspectiva de Tomás de Aquino
• 4 La trinidad en iglesias no católicas
o 4.1 Judaísmo, islamismo y cristianismo no trinitario
o 4.2 Iglesias Cristianas no trinitarias
4.2.1 Pentecostales de la Unicidad de Dios
4.2.2 Unitarismo o Iglesias unitarias
4.2.3 Otros grupos no trinitarios de origen cristiano
• 5 Referencias
• 6 Enlaces externos
Origen [editar]
En el año 215 DC, Tertuliano fue el primero en usar el término Trinidad (aunque algunos autores difieren y afirman que Teófilo fue el primero en usar este término y Tertuliano lo acuñó), aunque no fue sino hasta el año 325, en el que el Concilio de Nicea I lo fijara explícitamente en el Símbolo Niceno como parte de la fe cristiana.
Sin embargo, la doctrina de tres personas realmente distintas en un solo Dios verdadero estaba ya implícita en el Símbolo de los Apóstoles que se usaba en las antiguas liturgias bautismales de las comunidades cristianas de Roma y se cree se remonta hasta la época apostólica.
Es uno de los puntos más complejos y sutiles de la teología del cristianismo, ha sido también uno de los que ha dado ocasión a más herejías y cismas, sobre todo con respecto a la naturaleza del Hijo (Jesús) y a la relación de la segunda y tercera persona con el Padre (véase Filioque).
La doctrina del Concilio de Nicea fue concebida para normalizar las enseñanzas del cristianismo, entonces aún escasamente institucionalizadas y por lo tanto en ocasiones sujetas a fuertes variaciones regionales. Las conclusiones alcanzadas por el concilio se expresaron en un texto que especificaba todo lo que debía creer un cristiano para ser considerado tal; sobre todo las nociones relativas a la relación entre las potencias divinas, y en eso especialmente la naturaleza divina de Jesús, su génesis por el Padre y la naturaleza del Espíritu Santo. [sin referencias]
Sin embargo son numerosos los documentos de los Padres de la Iglesia anteriores al Concilio de Nicea en que se defiende la idea de Tres personas realmente distintas en un solo Dios verdadero.[sin referencias]
El principal objeto de las críticas del concilio fue el arrianismo, una doctrina que sostenía que Jesús no era idéntico al Dios creador del mundo, sino una creación suya, más noble y poderosa que los demás seres pero no realmente divina; existían también otras sectas y doctrinas, influenciadas sobre todo por el gnosticismo y el neoplatonismo que defendían posturas similares.[sin referencias]
La definición del Concilio de Nicea, sostenida desde entonces con mínimos cambios por las principales denominaciones cristianas, fue la de afirmar que el Hijo era consustancial (ὁμοούσιον, homousion, literalmente "de la misma sustancia (que)") al Padre. Esta fórmula fue cuestionada y la Iglesia pasó por una generación de debates y conflictos hasta que la "fe de Nicea" fuese reafirmada en Constantinopla en 381.[sin referencias]
Notas de Enciclopedias de Consulta [editar]
A continuación, unos comentarios de algunas obras de consulta,(lo que está entre paréntesis en la cita es una agregación contextual):
"Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen el en Nuevo Testamento; tampoco se propusieron Jesús y sus seguidores contradecir el Shema del Viejo Testamento: 'Oye, oh Israel: El Señor nuestro Dios es un Señor' (Deu 6:4). (...)La doctrina se desarrolló gradualmente en el transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias. (...) Pero a fines del siglo IV (...) la doctrina de la Trinidad adquirió básicamente la forma que ha mantenido desde entonces" The New Encyclopœdia Britannica, 1976,Micropœdia, tomo X, pág. 126.
“La formulación ‘un solo Dios en tres Personas’ no quedó firmemente establecida, y ciertamente no se asimiló por completo en la vida cristiana ni en su confesión de fe, antes del fin del siglo IV. Pero es precisamente esta formulación la que originalmente reclama el título de el dogma trinitario. Entre los Padres Apostólicos, no había existido nada que siquiera remotamente se acercara a tal mentalidad o perspectiva” New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo XIV, pág. 299.
“El cristianismo se derivó del judaísmo y el judaísmo era estrictamente unitario (creía que Dios era una sola persona). El camino que llevó de Jerusalén a Nicea difícilmente fue recto. El trinitarismo del siglo IV no reflejó con exactitud la enseñanza del cristianismo primitivo respecto a la naturaleza de Dios; manifestó, al contrario, un desvío de esta enseñanza” The Encyclopedia Americana, 1956 tomo XXVII, pág. 294L.
“La trinidad de Platón, en sí meramente es un rearreglo de trinidades más antiguas que se remontan hasta pueblos más primitivos, parece ser la trinidad racional de atributos de índole filosófica que dio origen a las tres hipóstasis o personas divinas respecto de las cuales enseñan las iglesias cristianas. (…) El concepto que tuvo este filósofo griego (Platón) de la divina trinidad (…) puede encontrarse en todas las religiones antiguas (no cristianas)”. Nouveau Dictionnaire Universel, París, 1865-1870, edición dirigida por M. Lachâtre, tomo 2, pág. 1467.
“La trinidad de personas dentro de la unidad de naturaleza se define en términos de ‘personas’ y ‘naturaleza’, los cuales son términos filosóficos (griegos); en realidad estos términos no aparecen en la Biblia. Las definiciones trinitarias surgieron como resultado de largas controversias en las cuales ciertos teólogos aplicaron erróneamente a Dios estos términos y otros, tales como ‘esencia’ y ‘sustancia’” Dictionary of the Bible , John L. McKenzie, S.J., Nueva York, 1965, pág. 889.
Concilio de Constantinopla y otros concilios [editar]
En Nicea toda la atención fue concentrada en la relación entre el Padre y el Hijo, inclusive mediante el rechazo de algunas frases típicas arrianas mediante algunos anatemas anexados al credo; y no se hizo ninguna afirmación similar acerca del Espíritu Santo. Pero, en Constantinopla (381) se indicó que éste es adorado y glorificado junto con Padre e Hijo (συμπροσκυνούμενον καὶ συνδοξαζόμενον), sugiriendo que era también consustancial a ellos. Esta doctrina fue posteriormente ratificada por el Concilio de Calcedonia (451), sin alterar la substancia de la doctrina aprobada en Nicea[1] .
Dogma o explicación [editar]
El problema del termino trinidad es que no aparece esta palabra de manera explicita en la Biblia. Pero su revelación es evidente a través de ésta. La escritura y doctrina cristiana descansa en el monoteismo (un solo Dios), por lo tanto había que ajustarla a lo que decía la escritura con respecto al Padre, al Hijo y el Espíritu, sin caer en el politeísmo, ni tampoco modificando la escritura por conveniencia (Eisegesis). Analizando por lo tanto la Biblia se encuentra con la situación de que al Padre se le denomine Dios, al Hijo se le llame Dios (Isaias 9:6, Juan 1:1, Tito 2:13, II Pedro 1:1, Juan 1:18, Romanos 9:5, Hebreos 1:8,I de Juan 5:20-21, etc.), y al Espíritu se le llame Dios (Hechos 5:3-4, I Corintios 3:16), como también se le llame Señor (3:17). Esta situación de entender la pluralidad de personas de Dios la vivieron los judíos quienes no aceptaron a Jesús como Dios (Juan 5:18-19 y 10:33). Por lo tanto los primeros padres de la iglesia, así como los teólogos llegaron a la conclusión vía Exégesis de que si estas tres personas compartían diferentes cualidades y características divinas exclusivas de Dios (señorío, eternidad, omnisciencia, omnipresencia, santidad, etc.), se tendría que utilizar la formula matemática 1x1x1=1 en vez de 1+1+1=3, ya que ésta rompe el monoteísmo de Dios y se convierte en politeísmo o henoteísmo. Aunque en la biblia no aparece el término trinidad, si aparecen señalados tanto el Padre como Jesús y el Espiritu Santo con los atributos exclusivos de Dios, ya sea como creadores, eternos, entre otras características exclusivas de Dios. He aquí algunos versículos bíblicos donde aparecen las tres personas de la trinidad: Génesis 3:22, “Y dijo Yahvé Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal”. Isaías 48:16, “Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Yahvé el Señor, y su Espíritu”. Isaías 6:8, “después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quien enviaré, y quien ira por nosotros?”. Es interesante el hecho que Señor (Yahvé) se utilice tanto para: el Padre, como en Jesús (Malaquias 3:1; Isaias 40:3,5; Mateo 3:3, entre otros) y para el Espíritu Santo (II Corintios 3:17). Se hace mención especial a la Traducción del Nuevo Mundo en 2 de corintios 3:17 y 3:18 que llama 'el Espíritu' a Jehová (aunque los demás seres celestiales también se les llama 'espíritus')"...y donde está su espíritu hay libertad". Cabe mencionar que 'Señor' en la biblia siempre se refiere a un título y no a un nombre propio como 'Yahvé'; aunque en algunas traducciones suele sustituirse este nombre por ese mismo título y otros como 'Dios','Adonai' etc. [[1]]
Además del problema de la naturaleza de Jesús —si era humana, divina, o ambas a la vez—, de su origen —si eterno o temporal— y de cuestiones similares relativas al Espíritu Santo, el problema central del dogma trinitario es comprender la división entre "sustancia" única y triple "personalidad". Las iglesias protestantes, ortodoxas y católicas sostienen que se trata de un misterio inaccesible para la inteligencia humana, aunque numerosos teólogos —especialmente Tomás de Aquino— abordaron la cuestión. No obstante su trabajo no consistió en demostrar el misterio sino en descubrir para la teología las razones lógicas de la existencia de ese misterio. Por tanto el aporte de Tomás no intenta explorar el misterio en sí, sino buscar la razón por la que ese misterio es creíble.[sin referencias]
Personas de la Trinidad [editar]
Según esta doctrina:
• El Padre. Es increado e inengendrado.
• El Hijo. No es creado sino engendrado desde antes de todos los siglos por el Padre.
• El Espíritu Santo. Procede del Padre y del Hijo.
Según el Dogma católico definido en el concilio de Nicea-Constantinopla, las tres personas de la Trinidad son realmente distintas pero son un solo Dios verdadero. Esto es algo posible de formular pero inaccesible a la razón humana, por lo que se le considera un misterio de fe.
Perspectiva de Tomás de Aquino [editar]
Tomás de Aquino usaba una imagen para ilustrar misterio de la Trinidad:
• Todo ungido presupone por lo menos tres elementos: El que unge, el ungido y la unción.
• Siendo Jesús el mesías, el Cristo, es decir, el ungido de Dios, podemos hacer referencia a tres personas:
1. El que unge: sería Dios Padre.
2. El ungido: sería Dios Hijo.
3. La unción: sería Dios Espíritu Santo.
La trinidad en iglesias no católicas [editar]
Judaísmo, islamismo y cristianismo no trinitario [editar]
Para las tradiciones judía, musulmana y para las iglesias cristianas no trinitarias, la doctrina de la Trinidad es equivalente a una forma de politeísmo originada en el paganismo.[sin referencias]
La Trinidad fue una doctrina característica de las religiones paganas antiguas. Dicha doctrina ya existía en el antiguo reino de Babel. Allí creían en tres dioses principales que siendo tres no eran tres sino uno. Esta trinidad estaba conformada por Nimrod (el dios padre), Semíramis (la diosa madre) y Tamuz (dios el hijo). Esa trinidad fue representada con el símbolo del triángulo equilátero, acompañado algunas veces con un ojo abierto en la mitad.
• La Trinidad de Sumeria estaba conformada por Anu (dios del cielo), Enlil (dios de la tierra) y "Ea" (dios de las aguas).
• La Trinidad de Siria estaba conformada por Baal Samin, Aglibol y Malkbel.
• La Trinidad de Asiria estaba conformada por Sin, Shamash e Ishtar.
• Las ciudades de Tiro y de Sidón contaban con una trinidad compuesta por Baal, Astarte, y Melkhart.
• La Trinidad de Persia estaba compuesta por Oromazes (Ahura-Mazda) o principio del bien, el demonio Ahriman (Agra-Mainyu) o principio del mal, y Mitra o el intercesor o mediador, divinidad persa de la luz y guardián de la justicia y la verdad.
• Los fenicios contaban con una trinidad conformada por El, Baalat y Adonis.
• En Egipto se creyó en la la trinidad de Osiris (el dios padre), Isis (la diosa madre) y Horus (el dios hijo).
• En la India, la trinidad está formada por Brahma, Visnú y Siva, que se representan unidos en un solo cuerpo con tres cabezas.
• En la China la trinidad oficial de dioses supremos está compuesta por el emperador Jade, Lao Tzu, y Ling Pao.
• La Trinidad en el Japón es conocida como San Pao Fuh.
• El filósofo griego Platón desarrolló una trinidad filosófica que ha sido conocida como la trinidad del ser, de la idea y de la materia, o también como la trinidad de la bondad, del intelecto y de la voluntad. El pensamiento de Platón afectó de manera importante a los padres del catolicismo romano que desarrollaron la trinidad católica.
• En el capitolio romano estaba la trinidad capitolina compuesta por Júpiter Optimus Maximus, Juno Regina y Minerva.
• Los mayas creían en la trinidad de Hunab-Ku (creador del universo), su esposa Ix Axal Uch, y su hijo Itzamná.
• La trinidad de los aztecas estaba representada por Ometecutli, Omecihuatl y Quetzalcóatl.
• La trinidad Inca estaba conformada por Inti, Pacha Mama y Viracocha.
• La trinidad de los Chibchas estaba formada por Chimininagua, Bochica y Chía.
Y así hay centenares de trinidades en las diferentes mitologías paganas.
Los cristianos no trinitarios exponen que la ausencia de la palabra trinidad, así como la ausencia de una exposición formal y explícita de esa doctrina en la Biblia, revela un origen netamente pagano y ajeno a las Sagradas Escrituras. Así, exponen que los credos trinitarios desarrollados por el catolicismo romano son el reflejo de una iglesia que se apartó de la verdad y adoptó como su dios a un dios proveniente del paganismo mitológico y filosófico, y así de esa forma que "el paganismo abrazara el cristianismo".
Iglesias Cristianas no trinitarias [editar]
Dentro de la cristiandad existen dos corrientes principales que consideran a la trinidad como una doctrina pagana. Ellos consideran que la trinidad es producto del decaimiento moral y espiritual de los que se consideran cristianos. Estos dos grupos son:
1. Ciertos grupos pentecostales que defienden la doctrina de la Unicidad de Dios,
2. El unitarismo o Iglesias unitarias, y
3. Grupos cristianos independientes como los Testigos de Jehová o los Cristadelfianos
Pentecostales de la Unicidad de Dios [editar]
Los pentecostales del nombre de Jesucristo o apostólicos (ver iglesias pentecostales) son grupos cristianos carismáticos que profesan la Unicidad de Dios. Ellos conciben a Dios como un Espíritu absolutamente único e indivisible, eterno, perfecto en santidad y atributos, que no comparte su gloria con nadie y que no es una pluralidad de personas. Creen además que ese único Dios fue manifestado en carne como un hijo, como un hombre, a fin de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte (Hebreos 2:14-15). Por eso afirman que Jesús es el Dios único, es decir, el Dios único viniendo y salvando, Dios mismo puesto a favor de la humanidad. En este sentido, serían una forma actualizada del antiguo patripasianismo (la doctrina según la cual el Padre sufrió en la cruz).
Para los pentecostales del nombre de Jesucristo, apostólicos o creyentes en la Unicidad de Dios, Jesús (el Dios único) se manifestó simultáneamente como Padre y como Hijo, pues Jesús enseñó: "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30), y por eso el que confiesa al Hijo tiene también al Padre (1. Juan 2:23). Así, Jesús era ambos, Dios y hombre, Padre e Hijo, pues el Dios único fue manifestado en carne. Fue Dios por naturaleza, y fue hombre porque en su humanidad nació de mujer (Galatas 4:4).
En cuanto a su divinidad, Jesús es el único Dios y Padre eterno, pero en cuanto a su humanidad, Jesús es el Hijo de Dios o el ser humano que nació por la volutad del Padre. El término Hijo de Dios siempre está relacionado con la humanidad de Jesús, es decir a Dios manifestado en carne. Jesús es a la vez ambos, el Padre y el Hijo.
En cuanto a su divinidad Jesús es el buen pastor (Juan 10:11), pero por causa de su obra salvadora, él es la puerta de las ovejas (Juan 10:7). En cuanto a su divinidad Jesús es la raíz de David, pero al mismo tiempo, en cuanto a su humanidad es el linaje de David (Apocalipisis 22:16). Reconocer que Jesús es a la vez el Padre y el Hijo, Dios y hombre, Espíritu Santo y humano, no es ninguna contradicción sino el entendimiento fiel del misterio de la piedad, reconociendo que el sólo único Dios fue manifestado en carne.
Unitarismo o Iglesias unitarias [editar]
Artículo principal: Unitarismo
Las iglesias y congregaciones unitarias surgieron en el siglo XVI como parte del ala radical de la Reforma protestante y su teología ha evolucionado, desde variantes de sabelianismo y arrianismo en sus orígenes, como las defendidas por autores tales como Miguel Servet y Fausto Socino, a un cristianismo ético y racional que evitaba todo tipo de dogmas y finalmente a formas de humanismo abierto a expresiones religiosas no únicamente cristianas.
Otros grupos no trinitarios de origen cristiano [editar]
Algunos grupos cristianos no específicamente pentecostales que surgieron en la segunda mitad del siglo XIX tienen una teología no trinitaria. Entre éstos se cuentan los Testigos de Jehová quienes afirman que Jesus es el arcángel Miguel o los Adventistas previo a su ingreso en el Concilio Mundial de Iglesias.
Por su parte, los Cristadelfianos sostienen que Jesús es hijo de Dios en cuanto a que fue engendrado en María por el poder de Dios, pero que es humano por naturaleza y no tuvo pre-existencia consciente antes de nacer sino solo en los planes de su Padre, el Yahweh de la fé judía. Ese poder de Dios impersonal, es para los cristadelfianos llamado en las escrituras el espíritu santo.
Una postura idéntica respecto a Dios y Jesús es sostenida por la Iglesia de Dios (fé de Abraham), la Iglesia de Dios de la fé abrahamica, la Meggido Church, las organizaciones Judías Mesianicas y diversas iglesias denominadas "unitaristas bíblicas" de los Estados Unidos. Todas estas corrientes basan su fe en una interpretación literal de las escrituras Hebreas (antiguo testamento) y Griegas cristianas (nuevo testamento) y generalmente revindican el cristianismo primitivo previo al concilio de Nicea, así como a diversos grupos de disidentes a lo largo de la historia que mantuvieron una fé similar (ciertos monarquianistas, socinianos, ciertos anabaptistas, lolardos, ciertos albigenses, etc).
Finalmente, las iglesias Unidad (Unity), derivadas de la corriente llamada del Nuevo Pensamiento, que pone su énfasis en la presencia de la divinidad en todas las personas y la curación a través de la fe, afirman que Dios estaba presente en Jesús del mismo modo que está en cualquier ser humano, y por lo tanto no tiene sentido hacer distinciones sobre su persona que conduzcan a especulaciones de tipo trinitario.
Unitarismo
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Para consultar sobre unitarismo político véase Estado unitario
El unitarismo es una corriente de pensamiento teológico de origen cristiano que afirma la unidad de Dios. Se suele identificar de forma genérica con diversas corrientes antitrinitarias, ha tenido diversas manifestaciones a lo largo de la Historia y por ello es a veces identificado parcial o totalmente con otros movimientos que han rechazado históricamente el dogma de la Trinidad, como el adopcionismo, el arrianismo, el servetismo o el socinianismo.
Desde el siglo XIX el unitarismo contemporáneo, conocido actualmente en los Estados Unidos como Unitarismo universalista tras la fusión en 1961 entre la Asociación Unitaria Americana y la Iglesia Universalista de América, no impone credo alguno como criterio de ingreso en el mismo.
Otros grupos dentro de la tradición cristiana que tienen una teología no trinitaria, como los Testigos de Jehová o los Cristadelfianos, pese a compartir un común rechazo a la Trinidad, no reciben la denominación de "unitarios" ni se identifican con los postulados ni las políticas liberales de las iglesias unitarias, por lo que es inapropiado relacionarlos con ellas.
Asimismo, los pentecostales del nombre de Jesucristo con su teología de la Unicidad de Dios no desean ser clasificados como unitarios, pues ellos confiesan la absoluta Deidad de Jesus, al considerarlo Dios mismo (el Padre) manifestado en carne y al aceptar su nacimiento virginal. Asimismo, el Unitarismo clásico es de carácter generalmente racionalista y, por tanto, alejado de las manifestaciones emocionales y carismáticas típicas de los grupos pentecostales.
Tabla de contenidos
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• 1 Historia
o 1.1 Antecedentes: El debate cristológico de los primeros siglos y la controversia arriana
o 1.2 Miguel Servet
o 1.3 Los Hermanos Polacos
o 1.4 La Iglesia Unitaria de Transilvania
o 1.5 El Unitarismo en Inglaterra y Estados Unidos
o 1.6 R.W. Emerson y el trascendentalismo
o 1.7 El Unitarismo contemporáneo
o 1.8 Personajes históricos españoles influidos por el Unitarismo
• 2 Rituales y celebraciones de las iglesias unitarias
o 2.1 Servicios de culto
o 2.2 Ritos y ceremonias
o 2.3 La comunión en las iglesias unitarias
o 2.4 Celebraciones experimentales
• 3 Formas de organización
o 3.1 Clero
• 4 Véase
• 5 Enlaces externos
Historia [editar]
Antecedentes: El debate cristológico de los primeros siglos y la controversia arriana [editar]
Dado que la palabra y el concepto de Trinidad, tal como se entiende en sentido cristiano, no consta como tal en el Nuevo Testamento, los unitarios arguyen que el unitarismo comenzaría su existencia con el propio Jesús, quien según esta hipótesis era consciente de ser simplemente un hombre enviado por Dios al mundo para transmitir Su voluntad, pero que no es divino ni comparte la naturaleza del Padre. A lo largo de los tres primeros siglos del Cristianismo aparecen diversos autores que afirman la naturaleza "más que humana" del Cristo y le atribuyen un carácter divino o semidivino como Hijo de Dios. Los subordinacionistas afirmaban que el Hijo estaba subordinado al Padre y sometido a su voluntad, mientras que entre otros pensadores cristianos comenzaba a cuajar la idea del carácter divino de Jesucristo y su identificación con la divinidad. En el otro extremo se situaban los que identificaban totalmente al Padre y al Hijo, entendiendo que el Padre también había sufrido y muerto en la cruz (patripasianismo) y que Padre, Hijo y Espíritu Santo no eran más que modalidades o manifestaciones de una única realidad divina (sabelianismo o modalismo). El primero en utilizar la palabra "Trinidad" fue Tertuliano.
Al llegar el siglo IV y el Edicto de Milán, todas estas discusiones teológicas salieron definitivamente a la superficie y comenzaron a discutirse enconadamente. Se constituyeron dos grandes grupos: los que afirmaban que el Hijo había sido creado por Dios en el principio, y que por tanto no podía identificarse con él, que se agruparon alrededor de Arrio y de Eusebio de Nicomedia, y los que afirmaban que el Hijo era consustancial (homoousios) con el Padre, liderados por el obispo Alejandro de Alejandría y especialmente por su sucesor, San Atanasio. En el Concilio de Nicea (325) se aprobó oficialmente el dogma de la Trinidad y se condenó el arrianismo como herético; una decisión que, con distintos vaivenes en los años sucesivos, acabaría siendo confirmada en el Concilio de Constantinopla (381). No obstante, el Arrianismo perduraría en los reinos godos que ocuparon el Imperio Romano de Occidente hasta mediados del siglo VI.
Miguel Servet [editar]
Miguel Servet, médico y teólogo heterodoxo aragonés, criticó la Trinidad en su libros De Trinitatis Erroribus ("Sobre los errores de la Trinidad", 1531), Dialogorum de Trinitate ("Diálogos sobre la Trinidad", 1532) y Christianismi Restitutio ("Restitución del Cristianismo", 1553), afirmando que esta doctrina carecía de base bíblica y racional. Por defender su propia concepción de Dios, fue perseguido por herejía por la Inquisición y por los protestantes. En Ginebra fue apresado por los seguidores del reformador Juan Calvino y condenado a morir en la hoguera, por negar la Trinidad y rechazar el bautismo de niños. La sentencia fue ejecutada el 27 de octubre de 1553.
Servet influyó en varios de sus contemporáneos. El reformador liberal Sebastian Castellio reprochó duramente a Calvino su intolerancia y su fanatismo y proclamó la libertad de conciencia en asuntos de fe, un principio que luego ha sido fundamental en la tradición religiosa unitaria.
Los Hermanos Polacos [editar]
El lituano Piotr de Goniadz, estudioso de la religión que había estado en contacto con antitrinitarios italianos que conocían la obra de Servet, convenció a una parte del Sínodo de la naciente iglesia calvinista de Polonia para que rechazase la Trinidad. Alrededor de 1562, los antitrinitarios polacos se escindieron del calvinismo y formaron la llamada Iglesia Reformada Menor, más conocida posteriormente como Hermanos Polacos.
Unos años después, el reformador humanista italiano Fausto Socino (Sozzini en italiano) (1539-1604) llegó a Polonia. Allí desarrolló su propia obra teológica, marcada por el antitrinitarismo y el uso de la racionalidad, basada en parte en las investigaciones de su tío Lelio. Para Socino, la religión evocaba cuestiones que estaban "más allá de la razón" (supra rationem) más nunca contrarias a la razón (contra rationem), por lo que las creencias debían concordar con la razón humana. Socino colaboró estrechamente con los Hermanos Polacos, aunque nunca llegó a ser miembro oficial de la iglesia por negarse a ser bautizado de nuevo. Sin embargo, la influencia de Socino fue tal que en lo sucesivo serían conocidos como socinianos. En la ciudad de Raków, próxima a Cracovia, los socinianos desarrollaron un importante centro de estudios que atrajo a numerosos eruditos e intelectuales de distintos países.
En 1605, un año después de la muerte de Socino, los socinianos de la Iglesia Menor publicaron el Catecismo Racoviano, resumen ordenado de las doctrinas de su maestro y que tuvo una gran influencia en años posteriores en Alemania, los Países Bajos e Inglaterra. La Iglesia Reformada Menor desapareció en 1640 por la creciente intolerancia en Polonia tras el inicio de la Contrarreforma.
La Iglesia Unitaria de Transilvania [editar]
Por otro lado, en Transilvania (región de cultura húngara que actualmente se encuentra dentro de Rumanía), el reformador Ferenc Dávid abandonó el Calvinismo, del que era su dirigente máximo, para predicar la unidad de Dios y negar la Trinidad, influido por el médico italiano y antitrinitario Giorgio Blandrata. Blandrata conocía bien la obra de Servet y juntos publicaron versiones resumidas de sus libros teológicos, aunque sin citar sus fuentes. El príncipe Juan Segismundo y la Dieta dictaron en la ciudad de Torda (Turda en rumano) el primer Edicto de Tolerancia religiosa en la historia moderna de Europa en 1568 para permitir la libre práctica religiosa de todas las confesiones religiosas de su país, entre las cuales se encontraba la iglesia antitrinitaria fundada por Dávid. Este estatus especial perduró, aunque con dificultades, tras la invasión de Transilvania por parte de Austria en el siglo XVIII y el dominio más o menos efectivo del Imperio Austrohúngaro primero y, después de la Primera Guerra Mundial, del Estado rumano. Fue en Transilvania donde apareció por primera vez la palabra Unitaria en un documento de 1600 para referirse a esta nueva confesión religiosa.
El Unitarismo en Inglaterra y Estados Unidos [editar]
En Inglaterra, la filosofía de John Locke y la Ilustración favorecieron la propagación de las ideas socinianas, que negaban la doctrina de la naturaleza a la vez humana y divina de Jesús y favorecían una idea racionalista de Dios. El librepensador John Biddle estaba muy influido por el Socinianismo y fue un ardiente defensor de esta doctrina. En 1774, el pastor anglicano Theophilus Lindsey fundó la primera iglesia unitaria inglesa en Londres.
Otros clérigos ilustrados siguieron su ejemplo, como Joseph Priestley, quien además era científico (descubrió el oxígeno y otros gases) y político. Su apoyo a la Revolución Francesa le obligó a emigrar a América tras sufrir un incendio provocado en su casa por una turba de opositores a sus ideas. Una vez establecido en el Nuevo Continente, Priestley ayudó a fundar la primera iglesia unitaria de Filadelfia (1796).
Mientras tanto, en las iglesias puritanas de las antiguas colonias de Nueva Inglaterra, estallaba la polémica entre los pastores conservadores y evangélicos, de convicciones calvinistas, y los más liberales, que promovían ideas arminianas y arrianas. En 1819, el pastor bostoniano William Ellery Channing proclamó en un sermón la doctrina del "Cristianismo Unitario". La ciudad de Boston se convirtió en el núcleo del Unitarismo norteamericano, hasta el punto que se decía que la fe de los unitarios norteamericanos se basaba en "la unidad de Dios, la humanidad de Jesús y la vecindad de Boston".
Los cristianos unitarios de los países anglosajones negaban la Trinidad, aunque seguían viendo en Jesús de Nazaret al profeta que había sido enviado por Dios para transmitir su revelación a los hombres. Alegaban como prueba de ello sus numerosos milagros, tal como los relataban los Evangelios. Los unitarios desdeñaban las manifestaciones espiritualistas o emocionales de fervor religioso del primer Gran Despertar que estaba produciéndose en las iglesias evangélicas. Muchos deístas, como Thomas Jefferson, se manifestaron favorables a la doctrina unitarista.
R.W. Emerson y el trascendentalismo [editar]
Pronto se manifestaron dos tendencias opuestas en el naciente Unitarismo norteamericano. Mientras una afirmaba un estudio riguroso y racional de los textos bíblicos y la fidelidad a la tradición cristiana protestante, otros se mostraban partidarios de un enfoque más abierto e intuitivo. El filósofo Ralph Waldo Emerson, que había sido ministro unitario en Boston, pronunció el 15 de julio de 1838 un discurso en la Universidad de Harvard, conocido como The Divinity School Address, que resultaría decisivo para la historia del Unitarismo estadounidense. Influido por el Romanticismo alemán y el hinduismo, Emerson proponía una espiritualidad basada en la intuición y la fusión mística con la naturaleza, que confiaba en la autoconfianza y la capacidad innata del individuo, quien no necesitaba de pruebas ni milagros, jerarquías religiosas o mediaciones eclesiásticas. Esta filosofía espiritual, llamada trascendentalismo, causó una fuerte convulsión en las iglesias unitarias. Aunque los más conservadores se mostraron escandalizados, como Andrews Norton, otros, encabezados por Theodore Parker, vieron en la vía trascendentalista de Emerson una forma de superar la rigidez intelectual imperante en el Unitarismo de su tiempo. La división entre trascendentalistas y unitarios bíblicos se mantuvo hasta finales del siglo XIX.
El Unitarismo contemporáneo [editar]
En 1933 se divulgó en Estados Unidos un documento llamado Manifiesto Humanista, suscrito por un amplio colectivo de científicos e intelectuales, entre ellos varios líderes unitarios, que significó el inicio de una nueva manera de entender la religión de tipo naturalista, en que conceptos como Dios o la vida después de la muerte biológica dejaban de considerarse centrales. Según los humanistas, la religión debía dejar de especular sobre realidades metafísicas y concentrarse exclusivamente en la transformación del mundo y la mejora moral del ser humano. El humanismo tuvo un impacto notable en las iglesias unitarias del ámbito anglosajón, llegando incluso a ser la corriente mayoritaria en el Unitarismo norteamericano. Sin embargo, el Unitarismo cristiano de base bíblica y diversas variantes de trascendentalismo y de Deísmo siguieron coexistiendo en su seno. Así desde mediados del siglo XX, el Unitarismo norteamericano iba dejando de ser una iglesia exclusivamente cristiana y protestante para convertirse progresivamente en una iglesia liberal sin credo y cada vez más multiconfesional, que desde 1961 se denomina Unitarismo universalista, ya que en esa fecha los unitarios norteamericanos se fusionaron con la Iglesia Universalista de América para fundar la Asociación Unitaria Universalista, cuya sede central se encuentra en Boston. En las últimas décadas, esta tendencia se ha incrementado con la existencia en las Iglesias Unitarias anglosajonas de personas que, además de como unitarios universalistas, se definen también como judíos, budistas, neopaganos o de otras religiones.
En 1995 se constituyó el Consejo Internacional de Unitarios y Universalistas (ICUU) para coordinar las diversas Iglesias y asociaciones Unitarias y Universalistas del mundo. Actualmente se calcula que hay unos 800.000 unitarios en unos 25 países del mundo, principalmente en Estados Unidos, Rumanía, Hungría, Canadá y Gran Bretaña, y de forma muy minoritaria en otros países.
Otras iglesias cristianas también tienen una teología unitaria, aunque no tienen una conexión histórica directa con el Unitarismo histórico. Entre ellas destacan los Testigos de Jehová (Estos afirman que Jesús es la primera creación de Dios y que siempre está subordinado a su Padre), los Cristadelfianos y los Unitarios Bíblicos. Estas iglesias combinan el rechazo de la doctrina de la Trinidad (con distintas variantes) con formas de culto evangélicas y una interpretación literalista y, en ocasiones, incluso fundamentalista de los textos bíblicos, lo que las distingue muy claramente de las Iglesias Unitarias, que siempre han sido proclives al liberalismo teológico. Asimismo, en Inglaterra existe un proyecto de restaurar la Iglesia Arriana.
Por otro lado, otras iglesias liberales de inspiración cristiana, como Unity y otras corrientes del Nuevo Pensamiento, también muestran una inclinación hacia ideas teológicas unitaristas y retoman frecuentemente a pensadores trascendentalistas como el unitario Ralph Waldo Emerson.
Personajes históricos españoles influidos por el Unitarismo [editar]
Dicen que el reformador español Casiodoro de Reina, traductor de la Biblia, lloró al contemplar el lugar de Ginebra donde fue martirizado Miguel Servet, y que desde entonces fue considerado sospechoso de ser afín al Unitarismo. En cualquier caso, desde la muerte de Servet, el aparato represor de la Inquisición y el Estado impidieron cualquier brote unitarista en España durante muchos años. Algunos sólo pudieron conocerlo en otros países, como el escritor y erudito español José María Blanco White, que perteneció a la iglesia unitaria de Liverpool en los últimos años de su vida, durante su exilio en Inglaterra. Otra gran figura que se sintió identificada con el Unitarismo fue el político y educador Gumersindo de Azcárate, krausista y uno de los promotores de la Institución Libre de Enseñanza. Tanto Azcárate como Francisco Giner de los Ríos fueron admiradores de las obras de los líderes intelectuales del Unitarismo norteamericano, William Ellery Channing y Theodore Parker, y transmitieron esta admiración a muchos de sus alumnos, entre ellos Miguel de Unamuno. El año 2000 fue fundada la Sociedad Religiosa Unitaria Universalista de España, cuya sede central está en Barcelona.
Rituales y celebraciones de las iglesias unitarias [editar]
Las iglesias unitarias tienen su origen en la Reforma Protestante, por lo que muchas de sus tradiciones y celebraciones reflejan este legado cultural. Sin embargo, una de las características principales de esta tradición religiosa es su enorme variedad y su tendencia a la experimentación y a la innovación.
Servicios de culto [editar]
Los servicios de culto regulares tienen lugar tradicionalmente en domingo por la mañana. Son encuentros habitualmente semanales, aunque los grupos más pequeños pueden optar por reunirse de forma quincenal o mensual. Es el momento en que toda la congregación se reúne en pleno para celebrar su fe en comunidad.
Los servicios suelen comenzar con una pieza musical mientras los asistentes toman asiento y centran sus pensamientos en el acto que van a compartir. Desde los años 60 del siglo pasado, es cada vez más frecuente que el ministro o un miembro de la congregación encienda una llama en un gran cáliz o copa mientras recita unas palabras relativas a la fe que comparten todos los asistentes (que generalmente son distintas en cada sesión, sin seguir ninguna norma fija). La imagen de un cáliz en el que arde una llama se ha convertido en las últimas décadas en el símbolo de identificación más común entre los grupos unitaristas en todo el mundo y suele utilizarse también como logotipo en sus páginas web y en sus publicaciones. Otros símbolos unitaristas son una paloma blanca sobre una roca (iglesias de Hungría y Transilvania), unos girasoles (iglesia Unitaria checa) o una runa germánica (unitarios alemanes).
Tras la lectura de las comunicaciones de los distintos comités, grupos de discusión y meditación, u otras actividades de estudio, amistad y ocio vinculadas a la vida cotidiana de la congregación, el servicio de culto continúa con la lectura de textos religiosos o filosóficos. También suele haber cánticos (generalmente de la tradición cristiana protestante, aunque cada vez se publican más himnos exclusivamente unitaristas). También suelen realizarse actos para los más pequeños, que luego son conducidos por sus monitores a las aulas donde se imparte formación religiosa para niños y jóvenes.
El núcleo de la celebración es habitualmente el sermón, o exposición oral del ministro o del líder laico que dirige el servicio religioso. En ocasiones, sobre todo si la congregación es poco numerosa, se abre un periodo de debate entre los asistentes sobre las ideas presentadas por el ministro en su sermón.
Ritos y ceremonias [editar]
En las iglesias unitarias se celebran habitualmente ceremonias de bautismo (en las que tienen una mayor influencia cristiana) o de bendición de los niños, así como bodas, funerales y otras. En general, la confirmación es una ceremonia que sólo se celebra en las iglesias de cultura húngara. Estos actos no suelen estar restringidos a los miembros de la congregación, sino que pueden solicitarse también por parte de otras personas. En sociedades multiculturales como Estados Unidos y Canadá son muchas la parejas de dos tradiciones religiosas distintas que deciden casarse en una iglesia unitaria debido a su carácter ecuménico y plural. Asimismo muchas iglesias unitarias de Occidente celebran regularmente y con normalidad uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo.
La comunión en las iglesias unitarias [editar]
El rito de la comunión es característico de la tradición cristiana y, como tal, se lleva a cabo en las iglesias unitarias, aunque de forma y frecuencia irregular, y en algunas congregaciones (principalmente de Estados Unidos y Canadá) ha dejado de realizarse de forma casi total.
Los unitarios de cultura húngara comulgan bajo las dos especies (pan y vino), como ritual conmemorativo de la Última Cena de Jesús. Los unitarios creen que es un acto simbólico y rechazan conceptos como la transubstanciación. La comunión se celebra al menos cuatro veces al año (Navidad, Pascua, Pentecostés y el Día de Acción de Gracias). También puede celebrarse la comunión en ocasiones extraordinarias, como una reunión del Sínodo, la celebración del aniversario de una iglesia, etc.
En las iglesias de cultura anglosajona, la comunión se celebra regularmente en las congregaciones que se identifican con la tradición cristiana (por ejemplo, en la histórica King's Chapel de Boston), mientras que en otros grupos sólo se hace de forma irregular o incluso experimental (por ejemplo, compartiendo otros tipos de alimentos en lugar de pan y vino), según el criterio de cada congregación.
Celebraciones experimentales [editar]
Las congregaciones unitarias más innovadoras son proclives a organizar en ocasiones celebraciones poco ortodoxas, en las que se puede utilizar el teatro, la danza y otras expresiones artísticas en sustitución del sermón habitual.
Asimismo las iglesias unitarias han desarrollado rituales originales propios, como la Comunión de las Flores, creada por el pastor Norbert Čapek de Checoslovaquia. Estas celebraciones novedosas son un signo de la progresiva diferenciación de las iglesias unitarias respecto a los oficios religiosos de otras confesiones de origen protestante.
Asimismo es relativamente frecuente la celebración de festividades específicas de otras religiones, como la Hanukkah judía, ceremonias budistas, Shinto, etcétera. En Estados Unidos se percibe también una influencia creciente del neopaganismo y las religiones nativas americanas. Esta pluralidad se percibe de forma ambivalente, en ocasiones como riqueza en la diversidad y en otras ocasiones como desvirtuación de las esencias del unitarismo. Así han aparecido recientemente escisiones que disienten del exceso de pluralismo y sincretismo que perciben en el Unitarismo moderno, generalmente reivindicando un regreso a sus raíces cristianas y teístas. Un ejemplo de ello es la Conferencia Unitaria Americana (AUC).
Formas de organización [editar]
En la mayor parte de países, el modelo de organización propio del Unitarismo es el congregacionalismo. Según este modelo, que también siguen algunas denominaciones protestantes, cada congregación tiene total autonomía para la gestión de sus propios asuntos, elección de cargos y decisión sobre sus finanzas y su vinculación con otras congregaciones.
El modelo de organización congregacionalista de las iglesias unitarias es democrático y participativo. Los miembros de la congregación se reúnen periódicamente en asamblea para discutir los asuntos de la comunidad y elegir los cargos electos.
Las iglesias unitarias son, por tanto, asociaciones nacionales de congregaciones, constituidas mediante la unión federal de las congregaciones locales. Estas asociaciones nacionales se rigen a través de una Asamblea General compuesta por delegados de las congregaciones locales y que se reúne periódicamente (generalmente cada año).
Los órganos directivos de las iglesias unitarias a nivel nacional son elegidos mediante procedimientos democráticos por parte de los delegados de las congregaciones asistentes a la Asamblea General por un cierto período de tiempo (que puede variar de uno a cuatro años), y deben ser renovados de forma periódica. El cargo electivo más importante es el presidente de la asociación de congregaciones, el cual carece de autoridad doctrinal y suele ser más bien una figura representativa de la Iglesia ante la sociedad y los medios de comunicación. Su misión consiste en implementar las políticas dictadas por la Asamblea General y por la junta o comité de gobierno.
Una notoria excepción es el de las iglesias unitarias de cultura húngara (es decir, las de Hungría y Transilvania), que se rigen por un Sínodo o consejo formado por los ministros ordenados de la Iglesia. El Sínodo es responsable de las principales decisiones que afectan al conjunto de congregaciones. El presidente de este consejo se denomina obispo (es el único que puede ostentar este título en todo el ámbito nacional de esa iglesia). Desde la caída del Muro de Berlín y la apertura política de los países de la Europa del Este, los obispos unitarios de Hungría y Transilvania han dejado de ser cargos vitalicios para convertirse en electivos y renovables.
Clero [editar]
Algunas iglesias unitarias tienen clero y otras no, según la tradición histórica de cada país. Como es costumbre en las iglesias protestantes, reciben el nombre de ministro o ministra (en cambio, el título de pastor es infrecuente). Cualquier hombre y mujer que haya realizado los estudios de formación reconocidos por las iglesias nacionales respectivas pueden ser ordenados para el ministerio. Además, en los países anglosajones es indiferente la orientación sexual de los ministros, es decir, los hombres y mujeres homosexuales pueden ser ordenados para el ministerio unitario en igualdad de condiciones.
En las iglesias unitarias de política congregacionalista, el ministro es ordenado por la propia congregación (generalmente la primera en la que sirve tras su graduación). No obstante, es costumbre contar con el aval de uno o varios ministros ya ordenados, que deben asistir a su ceremonia de ordenación congregacional y darle el saludo de hermandad, reconociéndole así ante todos como su igual. La denominación, o iglesia, nacional se limita a credencializar a los candidatos al ministerio certificando sus conocimientos, aptitud, habilidades y compromiso de vida, pero la decisión final de erigir como nuevo ministro a los candidatos es de la congregación. En el ámbito de las iglesias de habla húngara, los ministros son ordenados en el Sínodo de ministros.
No es obligatorio que exista un ministro en cada grupo local. Cada congregación es libre de decidir si quiere una gestión totalmente laica o si desea tener un ministro, durante cuánto tiempo y cuándo decide sustituirlo por otro. La labor del ministro o ministra se centra en dirigir los servicios religiosos y las ceremonias públicas, prestar atención pastoral a los miembros de la congregación que soliciten su ayuda y consejo, coordinar las distintas actividades de subgrupos y comités constituidos, y rendir cuentas periódicamente de su gestión al comité directivo de la congregación.
Adopcionismo
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El adopcionismo es la doctrina según la cual Jesús era un simple ser humano, elevado a una dignidad similar a la de Dios luego de su muerte. El adopcionismo es propio del pensamiento cristiano primitivo. Había al menos dos concepciones más o menos similares (no necesariamente excluyentes la una de la otra) de las cuales puede emanar esta idea:
• En el pensamiento judío, el mesías es un ser humano elegido por Dios para llevar a cabo su obra espectacular: tomar a los hebreos (un pueblo hasta entonces derrotado una y mil veces por enemigos demasiado poderosos) y elevarlos por sobre todas las naciones en una espectacular inversión de la historia. En este sentido, el mesías no es Hijo de Dios.
• En la tradición griega existían héroes elevados a la condición divina después de extraordinarias proezas o hazañas, por medio de la apoteosis. El más importante ejemplo de esto es Heracles, que después de haber sido quemado en una pira es tomado por su padre Zeus para gobernar a su lado. Debido al predominio del Imperio Romano, cuya orientación cultural era predominantemente griega, en la época de los primeros cristianos es altamente probable que este ejemplo estuviera a su alcance, a la manera de una historia popular.
Al mismo tiempo, el adopcionismo era psicológicamente interesante para los primeros cristianos, ya que éstos eran una comunidad pobre y atrasada, y por ende era fácil identificarse con un héroe como Jesús, ser humano como cualquiera que es elegido ("adoptado") por Dios, y que en consecuencia daba esperanzas de salvación a los propios cristianos, tan humildes ante Dios como su héroe máximo.
Uno de los adopcionistas más famosos fue Teódoto el Curtidor, habitante de Bizancio que llevó la prédica de esta doctrina a Roma en el año 190.
Andando el tiempo, a medida que el cristianismo prendió en las capas superiores del Imperio Romano, fue imponiéndose como doctrina el encarnacionismo, según la cual Jesús desde siempre había sido Hijo de Dios (concretamente la Segunda Persona de Dios). El adopcionismo fue progresivamente arrinconado, a pesar de que teológicamente el encarnacionismo plantea una serie de dificultades que el adopcionismo no (la mayor de ella: reconocer la existencia de varias personas divinas, y al mismo tiempo profesar el monoteísmo). A lo largo de las llamadas disputas cristológicas, el adopcionismo volvería a ser resucitado, en una versión más refinada, por Pablo de Samosata (en el Siglo III), y por su discípulo Arrio. También fue adopcionista el obispo Fotino de Sirmio, depuesto el año 351 por el Sínodo de Sirmio.
El arrianismo, en efecto, se transformaría en la herejía más atosigadora que debería afrontar la joven Iglesia en sus primeros años. Finalmente, después de la formulación del credo en los Concilios de Nicea (325) y Calcedonia (381), el adopcionismo fue finalmente abandonado.
Hubo un resurgimiento a finales del siglo VIII, con Elipando, obispo de Toledo. El monje español Beato de Liébana, junto con el obispo Eterio de Osma, combatieron el adopcionismo (considerado herejía), altamente defendido por Elipando. Fue condenado en el segundo concilio ecuménico de Nicea (en 787). En los años 794 y 799, los papas Adriano I y León III condenaron el adopcionism